Prensa

Síntesis de críticas



LA NACION
Publicado en la ed. impresa: Espectáculos
Domingo 8 de abril de 2007
Noticias Entretenimientos Nota
CUATRO ESTRELLAS. MUY BUENO
Unipersonal intenso y sensible

Un alegato sensible y potente que se hace brillante puesto en justas y equivalentes proporciones por actor, autor y directores. Megna hilvanó con mano maestra numerosos detalles de un marco físico y temporal que no sólo enriquece a su texto, sino que obliga a una interpretación minuciosa y exquisita…logró una interesante y sencilla mezcla, en un entramado nada fácil, pero donde nada sobra. Hasta se da el lujo de descomponer el tiempo y el espacio, lo que le otorga al texto un tinte etéreo, favorecido por las pinceladas sensibles de la musicalización, y una buena puesta de luces de Jorge Merzari, afectada a acentuar los climas a través de sus cromatismos. El trabajo de dirección que hicieron Armando Saire y Leonardo Odierna salió ganador con el entramado propuesto por la dramaturgia. Ambos directores exigieron el máximo del potencial de su intérprete para contagiar adrenalina y, a su vez, lograr una puesta perfectamente equilibrada. Navarría brillante Néstor Navarría, como su boxeador, deja el alma en escena con su trabajo. Desde el momento en que el público entra a la sala, hasta que se va, está en movimiento. Y esa carga física ni siquiera atenta contra su voz o su dicción, en un trabajo impecable de respiración y concentración. No sólo interpreta a su Bengala, sino también las voces de aquellos seres que lo rodean, con cambios de tonalidades sutiles…Una interpretación brillante. Su trabajo físico en escena resulta admirable. Pablo Gorlero

Pagina/12 Recomienda:Bengala
Una obra eléctrica que nos lleva a un ring donde un viejo boxeador se resiste a abandonar la lucha. Con ternura y humor, el dramaturgo Alfredo Megna indaga en ese instante doloroso y revelador en el que una súbita “bengala” ilumina todo aquello que alguien no ha podido ser o no ha querido ver.
Con dirección de Armando Saire y Leonardo Odierna y la genial actuación de Néstor Navarría.

Página /12
LAS 12
Sobre un texto fragmentado como un rompecabezas que se va armando, de Alfredo Megna, Néstor Navarría hace una auténtica creación de su patético personaje, enredado en ese ballet desesperado, muy bien diseñado por Armando Saire y Leonardo Odierna.
Moira Soto

El Menú:
Las muertes de Bengala
Un boxeador de algo más de 40 años apodado (por otros) Bengala, busca una victoria que sabe le haría ganar unos pocos pesos a él y bastante a otros. El ring de box/escenario es el lugar donde Bengala pelea/nos cuenta su historia, que como el combate que protagoniza, necesita un urgente final.¿Podrá comenzar otra vez, utilizando su verdadero nombre y oculta humanidad?La pregunta queda flotando durante todo el exigente monólogo que Néstor Navarría hace avanzar con gran oficio actoral: su voz y su cuerpo están siempre variando el ritmo, el tono, des-velando las pequeñas muertes, esas situaciones reñidas con la vida, del hombre sin nombre que da cortos pasos en el cuadrilátero y en su vida, hasta caer/levantarse hacia algo desconocido pero seguramente mejor.El trabajo de los directores levanta el vuelo de Bengala desde el primer instante de la obra hasta el final, que tal vez sea un nuevo comienzo. Alex Richter



Alternativa Teatral
Bengala y Otelo:
dos boxeadores en Buenos Aires
23/05/2007
Por Mónica Berman
Maestría del actor Néstor Navarría para asumir la voz de todos los personajes, sumado a la dramaturgia que arma la historia de a fragmentos, que va articulando las partes como piezas de un rompecabezas, convierten esta puesta en una propuesta bella y original. El lenguaje que Bengala expone, los conceptos que plantea, al parecer desde una sencillez absolutamente notable, son capaces de conmover al más inconmovible …Propuesta imperdible…

Buenos Aires Herald. Sección Salidas
Viernes 27 de Abril de 2007
por Alfredo Cernadas QuesadaEmotiva historia de resistencia física
BENGALA: “Él podría haber sido un rival”
El texto del dramaturgo Alfredo Megna, inteligentemente agrega otros personajes que son relatados por el protagonista y sensaciones (sentimientos, ruidos, olores) que enriquecen la anécdota y agregan interés al trabajo.
Los Directores Armando Saire y Leonardo Odierna logran transmitir un ambiente fascinante, con la simple ayuda de un par de pequeños e indispensables elementos y la iluminación que crea la atmósfera, diseñada por Jorge Merzari.
Y por supuesto, Néstor Navarría, cuyo rol de Bengala, es patético y profundamente conmovedor. Y también un verdadero ejercicio de superación personal, especialmente si se considera que su campo de acción es limitado por un pequeño espacio de actuación diseñado por Daniel Prieto, en el cual Navarría transmite contundentemente su angustia existencial con fuerza casi sobrehumana.
Traducción: Corina Megna


Revista Rolling Stone - Mayo 2007
VANGUARDIA SIN GUARDIA
Resistencia físico–teatral en primera persona

Revelación total del underground teatral. Con la brillante actuación de Néstor Navarría y la dirección de Armando Saire y Leonardo Odierna, la obra escrita por Alfredo Megna funciona como una incisiva metáfora sobre la realidad.

Revista Noticias Urbanaspor Daniel Gaguine
Néstor Navarría logra dotar de calidez y humanidad a su personaje sin caer en la exageración fácil, que partiría de un estereotipo fácilmente reconocible. Bengala es una sentida obra de teatro que agradará a quienes gustan del boxeo y a quienes no, ya que es la vida de un hombre, como tantos, como todos aquellos que buscan su destino de la mejor
manera posible. Calificación : Muy Buena


Bengala
Por Adriana Gonzalez
Una actuación excepcional
Una historia, a lo Cortazar, sobre un boxeador en decadencia
Bengala es una obra escrita por Alfredo Megna y dirigida por Armando Saire y Leonardo Odierna. Se trata de una pieza desbordada de sentimientos. El trabajo de Néstor Navarría es impresionante. Crea un personaje del que logra transmitir todos sus matices, y, a su vez, también intercala con otros personajes, en un trabajo físico y emocional de excepción, realmente notable. Lo acompaña en escena un preciso trabajo de iluminación que resulta fundamental ya que delimita los espacios (se crea con efectos lumínicos el ring, el vestuario, marcando los momentos del rincón, de lucha) y hay que destacar el instante del desenlace que colabora a crear una imagen y clima conmovedor. Bengala es un unipersonal en que el actor deja en escena toda su calidad artística.


Bengala
Una exquisita puesta con una actuación, a todas luces, descollante.
Un puntilloso trabajo, en que ningún detalle de la liturgia boxística queda de lado, instala al espectador en el ring-side de un club de barrio, en que Bengala se debatirá durante ocho rounds para obtener ese fulgor tan deseado de vencer para ser alguien. El ajustado trabajo de puesta de Armando Saire y Leonardo Odierna en conjunto con la excelente actuación de Navarría hacen que esos momentos se tornen en pura poesía teatral. La obra deviene de un puntilloso realismo -con luces lacerantes y acciones ajustadas-, a un universo fantasmal y onírico. Este transcurrir es merito de la muy buena iluminación de Jorge Merzari y de la minimalista y ajustada escenografía de Daniel Prieto. "Bengala" es una obra que aúna una exquisita puesta con una actuación, a todas luces, descollante.
Por Gabriel Peralta

Revista Ring de Ideas
Entrega absoluta. Aguda, sensata y realista. Fusión excepcional entre boxeo y realidad. No admite un minuto de descanso.
Jesuán Omar Leticia.


Teatro
Una lección de knock outpor Mercedes Sauco* Bajo la dirección de Armando Saire y Leonardo Odierna, se presenta todos los sábados en el Teatro I.F.T, Bengala, un unipersonal exquisito escrito por Alfredo Megna, con la actuación de Néstor Navarría, que ilustra la dura vida de un boxeador maduro que se niega a abandonar el ring. Asistimos a una pieza que retrata la vida de un boxeador maduro que se enfrenta a los últimos destellos de su carrera. Bengala, como lo han apodado a este pugilista, se niega a abandonar el ring aunque es conciente de que ya su carrera profesional está terminada, pelea hasta el final, no se rinde. Refleja ese deseo de aferrarse al pasado, a lo que fue, a aquello que lo identificaba y que le otorgaba identidad. Al entrar a la sala el público ya está inmerso en la función. Se ve en la penumbra a un boxeador en el cuadrilátero entrenando. Da saltos pequeños, corre de una esquina a la otra para entrar en calor. En la esquina del ring sobre un banquito está su bolso que tiene todos los implementos que lo ayudarán en los próximos minutos a comenzar la pelea. De éste saldrán más tarde la soga, las vendas que se colocará en las manos, los guantes, una toalla que lo ayude a secarse el sudor y la botellita con agua para mojarse y despabilarse luego de algún round. Transpira, tira golpes al vacío, trota. Cuando se intensifica la luz comienza Bengala a contar su historia. Son las pequeñas acciones y los detalles mínimos los que hacen que el espectador esté en presencia de un ring de box, que viva el clima de la pelea. La rigurosidad con la que trabajan desde la actuación hasta la dirección es lo que hace que el grado de verdad de la pieza salga a la luz. Pinceladas que son mínimas pero que construyen una realidad vívida a partir de pequeños fragmentos. El gran detallismo con el que trabaja el actor Néstor Navarría (Bengala) es lo que va construyendo a este boxeador tan rústico pero profundo, tan tosco pero tierno.
Lo que pide la obra Llevar a cabo esta pieza implica varios desafíos. Primeramente requiere de un gran entrenamiento físico, ya que los noventa minutos que dura la obra, el actor debe recrear el presente de un combate pugilístico. Saltos, corridas, piñas, acciones todas, que podrían perjudicar a la hora de pronunciar el discurso. Sin embargo, este recurso está trabajado de tal manera, que hace que los parlamentos dichos por el protagonista sean perfectamente discernibles. Sumado a lo anterior, por ser un unipersonal, requiere de la creación de otros personajes que no están presentes físicamente en el escenario pero que forman parte del relato y de la historia de la vida del personaje. Es el caso de la madre, de su entrenador, del promotor, del niño y el padre que presencian la pelea, entre otros. Éstas ausencias están construidas tan minuciosamente (a partir de cambios en los tonos de voz, de cambios en la postura corporal, etc.) que lo que se observa son personajes vivos, perfectamente imaginables en la fantasía del espectador. Hay que destacar no sólo la capacidad de Navarría para la disociación de acciones (mientras pelea en el ring, relata el momento en que su madre le predijo su futuro) sino la velocidad en el paso de un personaje al otro que implica el cambio en la entonación, en el ritmo y en la calidad del discurso. Requiere, además, el manejo de tres tiempos simultáneos: pasado, presente y futuro. El pasado se construye a partir del relato de los recuerdos que tiene este boxeador de su madre, de “la” Vanesa (mujer que lo abandona luego de reiteradas golpizas), de su relación con la cocaína y el alcohol. El presente es el del combate con un ex campeón olímpico mucho menor que Bengala. El futuro es aquello que sucederá con el resto de los personajes que recrea este púgil durante la pelea. El espacio escénico es despojado, están presentes elementos básicos que ayudarán al actor a crear esta realidad pero el trabajo pasa fundamentalmente por la capacidad del actor de recrearla. La iluminación también ayuda, ya que es diferente según los momentos de la pelea, más intensa y hacia el centro cuando Bengala está en pleno combate, hacia la periferia cuando el pugilista está en el rincón esperando el próximo round y casi en penumbras y centrada en el rostro del actor al finalizar la pieza. Se nota el trabajo llevado a cabo tanto por Armando Saire y Leornardo Odierna, directores, en cuanto a las indicaciones respecto de los movimientos dentro del espacio y del juego escénico. Es esta una pieza que ahonda en el ámbito boxístico sin caer en lugares comunes del prototípico boxeador. Muestra con agilidad y simpatía un mundo plagado de imágenes, de sensaciones y de vivencias que pocos conocen de la realidad de estos hombres que luchan para superar sus propias miserias, tanto dentro como fuera del ring.
Quiénes son
Armando Saire (1955) es actor, director y docente. Como actor ha participado en obras para el público infantil y para adultos. Para chicos, durante varias temporadas y sostenido éxito como Frankenstein, el monstruito, nominada Estrella de Mar 2001, y en el Primer Certamen Metropolitano de Espectáculos para chicos como mejor espectáculo. Para adultos participó en “No se Paga” de Darío Fó, “El Partener” de Mauricio Kartún, “Medea” de Jorge Accame entre otros. También participó en cortometrajes, televisión y radio. Como director lo hizo con obras de Mauricio Kartun y Roberto Cossa. Actualmente es docente de actuación en la Escuela de Teatro IFT de donde egresó y para chicos y adultos en la Sala Alberdi, dependiente de la Dirección de Enseñanza Artística en el Centro Cultural Gral. San Martín. Se desempeña además como miembro activo en el Teatro IFT.
Leonardo Odierna (1944) es actor, director y docente de teatro. Estudió con directores como Raúl Serrano y Rubéns Correa. Actualmente se desempeña como director general del Teatro I.F.T de Buenos Aires.En televisión ha participado de varios programas como por ejemplo: Primicias, Poliladron, Grande Pa, Detective de señoras y Más allá del Horizonte entre otros.Comenzó a trabajar desde muy niño como actor teatral. Destacándose en obras como: “La Sierva” (de Andrés Rivera) Adaptación y dirección Andrés Básalo. Teatro Payró. “No Se Paga” (de Darío Fo) Dirección: Eduardo Pavelic. Teatro IFT “Mermelada de Tomate” (de Andrés Bazzalo) Dirección Andrés Bazzalo. Teatro del Artefacto. Se dedica a la dirección teatral desde el año 1985.
* Estudiante de Licenciatura en Artes (UBA). Colaboradora permanente del suplemento cultural Caldenia del diario La Arena de la provincia de La Pampa.





Bengala
Por Marta OpacakBengala de: Alfredo Megna Con: Nestor Navarr¡a Escenografía: Daniel Prieto
Iluminación: Jorge Merzari Dirección: Armando Saire y Leonardo Odierna

El ocaso de un púgilLa labor actoral de Néstor Navarría en "Bengala", reúne la necesaria conjunción de aquellos 3 elementos indispensables para la existencia de la poíesis teatral: presencia física, trabajo del actor y constitución del cuerpo poético. Y el logro de este último, que no siempre se hace presente, es justamente, lo que asegura la calidad del espectáculo.Desde que uno ingresa a la sala del IFT y por los casi 90 minutos de duración de la obra, vemos apoderarse del cuerpo del actor a la figura de "Ray Sugar Bengala Gómez".En pleno entrenamiento, y sólo acompañado de un banquito, un bolso, y su botella de agua, el púgil, se desplazará por todo el escenario, que tiene esbozado en el piso un ring imaginario, con apenas algunas figuras geométricas. Y allí cumplirá uno a uno todos los rituales de su arte: vendarse las manos, calzarse los guantes, pedir el protector bucal, resistir los golpes, refrescarse con agua, y finalmente armar mentalmente la estrategia para boxear auxiliado por las instrucciones de su coach, el promotor y el médico.Con un tremendo esfuerzo físico, en donde la abundante transpiración, sin duda no es artificial, Bengala nos cuenta sin escatimar detalles y con una particular poesía propia, su mundo interior, visto desde el ring, su lugar en el mundo. No estarán ausentes, la relación con su madre, con su mujer a la que golpea, con su entrenador, el submundo de la droga en el deporte, los negociados de los promotores, los personajes característicos que participan de la realización de un combate, y sobre todo, el miedo a alcanzar una edad que muy pronto lo obligará a dar por tierra con su nada brillante carrera, por momentos intensa, pero indefectiblemente efímera, como la luz de una bengala. Un texto de Alfredo Megna que el dramaturgo escribió para ser actuado por él "pero los miedos escénicos pudieron más. Y llevaron (sensata y afortunadamente) a que sea Navarría quien lo encarnara", en un brillante trabajo.En esta época en que abundan en la cartelera porteña los unipersonales, pensados principalmente como una solución para los ajustados presupuestos, aquí tenemos la oportunidad de tomar contacto con uno de los que valen la pena.


Esta semana MOIRA SOTOfue a ver
“Bengala”
de Alfredo Megna…



“En Bengala, Nestor Navarría, el protagonista, hace un trabajo absorbente, excluyente y de un rendimiento extraordinario. Pero eso se debe también a la puesta y a la escritura del texto de Megna, que se concentra en un match de box, donde un boxeador un poco en decadencia hace lo que será su ultima pelea. La idea de que todo el monólogo interior que él va dejando aflorar mientras lucha y en los impasses entre un round y otro, ocurra en el tiempo de que dura la obra me parece un hallazgo dramático muy interesante. En ese transcurrir, un boxeador, que tiene la cabeza averiada por los golpes y una vida dura, ha aceptado esta pelea con la ilusión de que va a recuperarse y lograr demostrar algo. Pero durante el desarrollo del match se va dando cuenta de que las fuerzas no sólo no le alcanzan, si no que además esta siendo utilizado. Y se va perfilando y tomando cuerpo a través de su discurso y su mirada el entrenador, y su novia. De repente, parecería que la novia lo ha engañado con el entrenador, pero también puede ser producto de su delirio y su cabeza dañada por esta practica del boxeo, que algunos llaman deporte.Tenemos que atenernos a lo que él dice mientras bailotea como un desesperado y trata de mantenerse en pie para seguir esta pelea, donde casi ves al contrincante por la forma en que mueve su cuerpo y que va formulando estos pensamientos y emociones, aparentemente desordenados, pero que el autor ha organizado de determinada manera para que la historia vaya cobrando sentido. Esta puesta en escena tiene muy buena iluminación, es realmente destacable y muy refinada. Es una luz que va cambiando con los movimientos y esculpe ese cuerpo de una manera extraordinaria. Tiene una definición muy creativa y aunada con el espectáculo, que se sostiene de una manera increíble”.


Artes Escénicas / Teatro
Crítica "Bengala":
Un punto de vista, diversas historias
por Jimena C. Trombetta
Autor: Alfredo Megna Dirección: Leonardo Odierna, Armando Saire Intérpretes: Néstor Navarría Escenografía: Daniel Prieto Iluminación: Jorge Merzari Prensa: Tehagolaprensa Producción: Daniel Álvarez, Mariano Pedini. IFT, Boulogne Sur Mer 547.

En el Teatro IFT, los viernes a las 21 horas, Néstor Navarría encarna el personaje de un boxeador: Ray Sugar “Bengala” Gómez. En el transcurrir de la obra la combinación de la iluminación, en conjunción con la actuación y la música, llenan y ambientan el espacio. El mismo es limitado por una superficie de tela en el suelo que marca el ring, un banquito, un bolso con una soga, guantes y vendas que resumen la vida de Bengala. Cuando se plantea que el espacio es colmado por la actuación, se refiere a que la energía que transmite la obra, surge gracias a la articulación entre los movimientos corporales, los gestos y la quietud que le imprime a cada acción Néstor Navarría. Asimismo, la iluminación participa de esa quietud cambiando cuando el personaje rota de tema al ser inspirado por una bengala (un estallido en su mente), que le hace ver “pequeñas cosas”, momentos poéticos en medio de un ambiente que promete injusticias y corrupción. Entonces, no es de extrañar, que la tremenda vida de este boxeador, se nivele con la crucifixión de Jesucristo, por medio de una luz rojiza, o que en los momentos donde la lucha corporal queda de lado, la música se haga presente para acompañar. Al margen de todos los elementos que estimulan lo poético en la obra, la misma no se diluye en su veta “romántica” (si se quiere entender, la vida de este hombre como un héroe sufriente que no encuentra salida para su existencia, más que depositarla en el box), sino que gracias a la variedad de personajes que interpreta el actor, el espectador se encuentra constantemente tramando las distintas historias. La actuación es la esencia de la obra – más allá de que en el teatro la actuación y el espectador sean lo esencial- porque en la misma, todo se entronca y se destaca. En esta instancia es que se puede hacer una diferenciación. Así como Bengala es encarnado por el actor, los otros personajes, como el Doctor, el promotor, ‘el Pollo’, el entrenador, etc.; son representados por quien cuenta la historia. Entonces, no son sólo los distintos relatos los que introducen al espectador, en los fantasmas que el personaje reproduce, sino el modo en que se cuentan. Por eso, los personajes que no se ven, actuados por el protagonista, alcanzan un nivel de interacción con el mismo, rozando la presencia. Esta presencia, siempre es supeditada al punto de vista del personaje principal, ya que sus representaciones son la interpretación de aquel mundo, no el mundo en sí. Por lo tanto, cuando Bengala habla con su entrenador, él está allí. Cuando observa al promotor desde el ring y mira hacia la tribuna, el promotor está allí. Esta meta hace que el espectador llegue a imaginar la estructura física de personajes ausentes, y que además, el espacio despojado de elementos concretos, se construya como ambiente. Entonces, “Bengala”, arma y desarma lugares, crea y suspende personajes, fragmenta e hila historias, todo como destellos de un boxeador que lo único que le queda es el ring, sus miserias y su honor. 4/03/2008

Desde el 17 de febrero se presenta en el Teatro IFT (Boulogne Sur Mer 549) la obra de Alfredo Megna "Bengala" protagonizada por Néstor Navarría y dirigida por Armando Saire y Leonardo Odierna. La obra cuenta la historia de un veterano boxeador que se prepara y pelea ante un joven promesa del boxeo, mostrando todos los personajes que recorren el ambiente del boxeo, el entrenador, los amigos, los empresarios y el propio sentimiento de boxeador que exterioriza sus sentimientos a medida que ocurre todo.Sin dudas el trabajo de Navarría es excelente ya que el texto y los directores le exigen hacer muchos personajes y en constante movimiento, y lo logra dejando muy claro quien es quien en cada momento, el aplauso final es sumamente merecido, ya que el producto es de muy buena calidad.La obra sirve para reafirmar algunos preconceptos que uno tiene del ambiente del boxeo, conocer un poco más de este tema y también para reflexionar y alimentar la eterna discusión sobre el boxeo como deporte."Bengala" en una obra que no tienedesperdicios, la cual hay que aprovechar y disfrutar sensorialmente.
Totalmente Recomendada Walter E. Fauda

CARPETA DE PRENSA 2011
www.creativos sin cabeza by Charly Borja





Detalle de la nota

Bengala – Crítica




Boxeo en una puesta sensible. Unipersonal de Alfredo Megna, con una gran interpretación de Nestor Navarria y dirección de Armando Saire y Leonardo Odierna.

13.marzo.2011




Bengala. Un boxeador. Un ring. La vida. Sus recuerdos. La lucha. El regreso. El fin.

Alfredo Megna propone un texto en donde un boxeador (el cual está en una edad más cercana al retiro que al momento de esplendor) recuerda sus últimos momentos, se prepara para una difícil pelea, el sabe que puede vencer, siente que hay Bengala para más tiempo… pero ésa es una batalla que se tiene que librar en el ring, ahí es donde –de una manera muy personal – nos encontraremos con ese ser, con lo que le sucede y cómo vive ese momento tan especial.
Con una interpretación sensible, Néstor Navarría imprime los rasgos justos, los matices necesarios para componer a un personaje que llega a los espectadores.


El hábil trabajo de Navarria junto con la potente, cuidada y emotiva dirección de Armando Saire y Leonardo Odierna logran que Bengala sea una experiencia sensible, que nos atraviesa, y nos deja pensando en esa historia – que si bien es dolorosa – no deja de lado la ternura y el humor (un elemento importante en la estructura)
Una obra que vale la pena dejarse llevar.


Martin Dichiera


CARPETA DE PRENSA 2010

http://jaquematepress.blogia.com/2010/071301--bengala-un-impresionante-espectaculo-sobre-un-viejo-boxeador-en-el-teatro-lacom.php

"Bengala," un impresionante espectáculo sobre un viejo boxeador en el teatro LaComedia de Buenos Aires

El viejo boxeador corre, salta, esquiva y tira golpes sobre el escenario, su cuerpo se llena de sudor, su mirada busca los personajes, su voz los reclama, y apenas pone freno a su motor en los obligados momentos de descanso después de cada round. Durante una hora Néstor Navarría narra con humor, con dolor, con melancolía, con guiños, con gestos y hasta con ternura todo lo que estalla en su cabeza, la cabeza de un boxeador cuya identidad está en el ring, un espacio que se resiste a abandonar. Es una bengala que estalla en su cabeza y él es la bengala, todo junto, lo sublime y lo oscuro los pequeños momentos cotidianos y los momentos dramáticos cuando la lucha es sin cuartel.
 El guión es de Alfredo Menga, y la intención de escenificar el mundo del viejo boxeador está realizada con un muy intenso sacrificio actoral por Navarría, revelación actoral masculina y premio Trinidad Guevara. Más allá del texto, de la situación social y emocional del boxeador, el espectador queda atrapado por la técnica del actor, su resistencia, el control de respiración, su gestualidad, los matices de su voz.
 Quedan dos únicas funciones, el 19 y el 26 de julio, en el teatro La Comedia, Rodríguez Peña 1062, antes de salir de Argentina para presentar el espectáculo en Finlandia. Funciones a las 20:30 horas. Reservas: 4815 5665. Entrada: $30.
 Grupo SIN GUARDIA Presenta: “Bengala”de Alfredo Megna
Con: Néstor Navarría
PREMIO TRINIDAD GUEVARA
REVELACIÓN ACTORAL MASCULINA
Dirección: Armando Saire y Leonardo Odierna
 Escenografía: Daniel Prieto / Iluminación: Jorge Merzari
Productor Ejecutivo: Pablo Mariuzzi
Producción: Daniel Álvarez y Mariano Pedini


dice Meche Martinez de VIDA Y AMOR POR LA PALABRA


Bengala

Es una apuesta con excelente puesta de Alfredo Megna, y eso garantiza ya, la primera parte. “Ponerle el cuerpo” casi debería ser el oficio del actor, en “Bengala”, eso queda más que probado y demostrado. Con el correr de la obra, el actor Néstor Navarría, haciendo un trabajo impecable de actuación y expresión, y sin ningún tipo de fisuras, entra en un clima donde el actor se devora al personaje, lo hace propio y hasta lo enaltece, y lo bien que hace.

En esta jugada de apariencia sencilla, todo lo grandilocuente y la mega producción que existe en otras obras teatrales de calle Corrientes, es poco en esta pieza que se sostiene con palabras y actos. Toda la intencionalidad de “Bengala” es cumplida ampliamente con el paso de la creatividad de Néstor Navarría y la solvencia imaginaria de Megna. ¡Para ver! (Meche Martínez)


CARPETA DE PRENSA 2008
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   Entrevista con Susana Weingast
Aquí
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 CARPETA DE PRENSA 2007
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